“Hoy no basta cuidar, debemos tener una mirada regenerativa en todo, en lo que usamos, en lo que producimos, en cómo consumimos. Y eso abarca todo, la energía, los alimentos y la producción de bienes y servicios” señala la gerente de impacto de Banca Ética, Alejandra Jaurés al explicar la implicancia de las inversiones de la Fintech en proyectos agrícolas chilenos.

Desde 2018 que la Fintech latinoamericana Banca Ética funciona en Chile. Su propósito es conectar inversionistas con empresas de impacto a través de la estructuración de créditos a la medida.

Alejandra Jaurés, gerente de Impacto, cuenta que, en Chile, funcionan a través de una plataforma de crowdlending llamada Doble Impacto, la cual vincula a empresas y organizaciones con impacto positivo en la sociedad con un grupo de 4.000 inversionistas. “Enfocándonos en la gestión de financiamiento para tres sectores clave de la economía; a saber, Educación y Cultura, Desarrollo Social y Medio Ambiente”, señala.

Estas áreas, a su vez, se subdividen en 9 sectores: educación de calidad, industrias creativas, turismo sostenible, hábitats inclusivos, salud y calidad de vida, inclusión, sistemas alimentarios, producción sustentable y energías renovable, y en más de 150 subsectores.

A través de estos sectores, como señala Alejandra en Banca Ética buscan contribuir a resolver los desafíos estructurales de la región, tales como: las brechas educativas, la desigualdad social, y la crisis climática. “En estos cinco años hemos venido gestionando financiamiento para empresas de impacto positivo en lo cultural, social y medioambiental, generando capacidades, equipos, tecnología y una cartera de inversión 100% de impacto para promover una economía más fraterna”, añade.

En línea a proyectos agrícolas la gerente de impacto cuenta que han financiado “proyectos de agricultura ecológica, orgánica, y buscamos apoyar la transformación de todos aquellos agricultores tradicionales que busquen mejorar sus prácticas agrícolas para la conservación del suelo, buscando siempre la sostenibilidad en la producción y el cuidado del medio ambiente”.

Alejandra enfatiza en que el agro, y particularmente los sistemas alimentarios, son, además de un sector relevante para la economía nacional, de vital importancia para las comunidades y debido a ella, Banca Ética sigue de cerca el desarrollo del trabajo de los productores agrícolas, “así como las preocupaciones y necesidades que se les están presentando en un contexto marcado por efectos coyunturales y medioambientales, como el caso del déficit hídrico”.

“Estamos enfrentando un desafío importante, que es el cambio climático, eso ya es una realidad, las lluvias de este 2023 luego de un largo período de sequía en Chile, así lo demuestran, y los proyectos que nosotros buscamos apoyar van encaminados a eso; en el fondo, a utilizar energías más limpias, lo mismo para la agricultura, para regenerar los suelos, reforestar, etc. Hoy no basta cuidar, debemos tener una mirada regenerativa en todo, en lo que usamos, en lo que producimos, en cómo consumimos. Y eso abarca todo, la energía, los alimentos y la producción de bienes y servicios”, dice.

Respecto al desafío de la seguridad alimentaria señala: “el cómo producimos los alimentos influye en el daño que se pueda producir tanto a las comunidades como a quienes consumen los alimentos”.

En Banca Ética, como cuenta Alejandra, apoyan proyectos que estén generando un impacto positivo en la economía. “Y dentro del área de medioambiente a todos aquellos que hoy contribuyen a resolver los problemas urgentes que tenemos en materia de sustentabilidad. Proyectos relacionados, a la economía circular; eficiencia hídrica; agricultura orgánica, ecológica y a todos aquellos que quieran avanzar hacia una transición de agricultura tradicional a una agricultura que cuide la tierra y vele por su sustentabilidad; eficiencia energética, entre otros”.

“Creemos que es fundamental apoyar aquellos proyectos que se encuentran en esta línea, y por el contrario dejar de apoyar a quienes hoy agudizan los problemas que incrementan la crisis de sustentabilidad que existe en el mundo”, concluye.