En la árida región de Arica y Parinacota, nace Waki Labs, un laboratorio de colaboración que reúne la tecnología y la innovación para abordar los desafíos únicos que enfrentan las empresas y startups en el desierto. Fundado por Patricio Arias, Waki Labs surge como un actor clave en el impulso económico y agrícola de la región. En esta entrevista Patricio, comparte la historia de Waki Labs y su participación como co-ejecutor del Consorcio del Desierto.
Waki Labs: Colaboración y tecnología para el futuro agrícola
“Waki es una palabra Aymara, que significa convenio de colaboración”, explica Patricio. Este concepto es la esencia de Waki Labs, un laboratorio de colaboración que surgió en 2014 con la idea de unir a empresas tecnológicas en Arica. La falta de confianza de los proveedores en las empresas locales impulsó la creación de un espacio donde las empresas pueden colaborar y abordar conjuntamente los desafíos del mercado.
A lo largo de los años, Waki Labs se ha ido especializando y ha encontrado una gran aceptación en la industria minera y agroindustrial, colaborando en proyectos emblemáticos con empresas como Syngenta en el ámbito de la semillera y Coyahuasi en minería. “Waki empezó a buscar su modelo de negocio y cómo podía sustentarse en el tiempo”, explica Arias.
Consorcio del Desierto: potenciando el futuro económico de la región
Una nueva iniciativa encabezada por Codesser para potenciar la agricultura del desierto es “Consorcio del desierto”, que reúne a las mejores capacidades instaladas y las potencia a través del financiamiento de Corfo en el norte grande del país: Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta.
Este Consorcio, del cual Waki es co-ejecutor, se centra en el desarrollo económico en torno al desierto. Patricio Arias explica que el principal desafío radica en la transformación económica de la industria agrícola: “Estamos seguros de que el futuro de la agricultura se llama agricultura intensiva, que deja los campos y las grandes áreas, que es la agricultura extensiva, la agricultura más tradicional”.
Esta transición de la agricultura extensiva a la intensiva requiere una colaboración multisectorial, desde proveedores tecnológicos hasta instituciones financieras y programas educativos. El enfoque integral de Waki Labs aborda este desafío, buscando soluciones tecnológicas y estrategias económicas para impulsar este gran proyecto transformador en la región.
En ese sentido, Arias destaca como proyecto emblemático el nuevo invernadero del desierto, que establecerá estándares para permitir a los agricultores intensificar sus cultivos. Este enfoque tiene como resultado un impacto directo en el crecimiento económico de la región.
Patricio finaliza destacando que el trabajo de Waki no solo se limita a la tecnología, “Waki Labs es un buen elemento que vincula la academia con la industria“, integrando la investigación y el conocimiento científico en su enfoque tecnológico.
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