Hace un año que el proyecto Consorcio del Desierto está en funcionamiento y espera entregar a los agricultores de zonas desérticas de Chile soluciones para contribuir en sus cultivos.

Aumentar las capacidades productivas del norte de Chile y abrir las puertas para que nuestro país sea exportador de conocimiento y tecnología para la agricultura del desierto, son unos de los objetivos que busca el Consorcio del Desierto. Este proyecto es llevado a cabo por 22 asociados, 60 actores y tiene una inversión, a través de Corfo de $3.350 millones.

Hace un mes y medio que Claudia Monsalve se desempeña como Gerente de este proyecto. Durante este tiempo se ha reunido con los diferentes coejecutores y han realizado diversas visitas a terreno, con el fin de obtener una mayor claridad de cómo comenzar con su trabajo.

“Hemos observado mucho potencial, podemos generar tremendas ofertas tecnológicas”, dice Claudia Monsalve. Al día de hoy, hay una amplia oferta de diferentes materiales y productos que utilizan los agricultores de la zona, la idea es perfeccionarlos para que puedan ser utilizados de la forma más óptima.

“La mayoría de los ejecutores ofrecen un desarrollo, el Consorcio busca adaptar tecnologías, no investigar y quiere potenciar un producto en función a lo que otro ha desarrollado”, explica. Parte del trabajo que han realizado en este tiempo, es identificar los puntos donde cada uno de los ejecutores y coejecutores se conectan y así puedan coordinarse para conectar la oferta, “hemos identificado la forma donde hay sinergias”, cuenta.

Una de las preocupaciones en las cuales el Consorcio está abocado es la brecha hídrica; buscar nuevas fuentes, mejorar la calidad del agua y el uso eficiente de ésta. También, se abarcará la brecha de diversificación, que busca adaptar especies a las condiciones de la zona, recuperar especies ancestrales y optimizar cultivos. Por último, se realizarán pruebas de materiales que resistan las radiaciones y la salinidad.

Durante el primer trimestre del año 2023, esperan tener instalados los 10 pilotajes que abordarán las diferentes problemáticas de estudio, que deberían tener una duración de entre uno y dos años.